Diez características necesarias para el profesional de Humanidades
1.
Honesto.
Ante todo, el profesional de Humanidades debe tener una ética intachable en
su proceder que sea su mejor carta de presentación. Una honestidad que se
extiende tanto a sus tareas como a su
relación con las demás personas.
2.
Humilde.
No hay nada más contrario a lo profesional que el creer que, por haber
cursado varios años de estudio o por la experiencia de varios años de trabajo,
se está en la posesión completa del conocimiento o habilidades para saberlo o
poderlo todo. El verdadero profesional reconoce sus límites, sabe pedir ayuda
cuando la necesita y sabe que cualquier persona puede enseñarle algo nuevo.
3.
Responsable.
Una cualidad bastante deseable en momentos en que la falta de compromiso
presume erigirse como ley. Es necesario
saber que el profesional de Humanidades es alguien confiable a quien se pueden
encomendar tareas serias.
4.
Crítico.
Sus habilidades en lectoescritura y
el conocimiento de las corrientes de pensamiento deben hacerlo advertir tanto
las virtudes como los aspectos cuestionables de diversas posturas y comunicar a
otros sus puntos de vista y juicios de valor.
5.
Afable.
Contradictoria paradoja que haya expertos en Humanidades que no sean humanos,
es decir, que no tengan las mínimas cualidades para relacionarse con las
personas, toda vez que su labor le pondrá en contacto con muchos y muy diversos
seres humanos con los que tiene que saber trabajar en equipo.
6.
Interdisciplinario.
No puede reducirse a su especialidad. El profesional en Humanidades debe
aventurarse a campos que no son de su estricta competencia y tener la
disposición para aprender y valorar los aportes que ellos vengan.
7.
Constante.
De nada vale tener una idea o un plan genial si su ejecución se limita a un
entusiasmo que solo dura en las etapas iniciales. Más que iniciar un proyecto,
es determinante la decisión para concluirlo incluso cuando las condiciones no
son favorables o los resultados son diversos a los esperados.
8.
Abierto.
Establecer como dogma único el propio parecer o la particular manera de
hacer las cosas es el primer artículo del credo de la ineptitud. Se debe estar
dispuesto a considerar opiniones ajenas o discordantes y a tomar el riesgo de
hacer las cosas de manera diferente a como se habían hecho siempre.
9.
Tolerante.
“Cada cabeza es un mundo” dice el viejo refrán y tal situación es palmaria
en las Humanidades, donde incluso es más
que deseable que cada estudioso tenga su particular percepción sobre el tema. En
el medio laboral también habrá personas que no comparten el propio criterio. Tales
diferencias son una invitación al diálogo y a la convivencia armónica porque
puede estarse en contra de tal o cual opinión, juicio o parecer, pero no sería
correcto estar en contra de una persona por esta razón. Huelga decir que la
tolerancia exige un clima de respeto.
10.
Esmerado.
No es suficiente hacer las cosas por cumplir. Un profesional de Humanidades
debe tratar de realizar su labor con
conciencia y de la mejor manera posible. ¿Qué acaso no está trabajando en lo
que le gusta?
Diez posibles áreas de desempeño laboral
1. Apoyo
en el tratamiento y estudio de personas con problemas del lenguaje.
2. Traducción
de textos y traducción simultánea.
3. Fijación
textual de escritos antiguos y su traducción/ adaptación al español actual.
4. Edición
y corrección de textos académicos y científicos.
5. Comunicación
empresarial y desarrollo de imagen en sector público y privado.
6. En
recursos humanos y capacitación: ayuda en el uso de la lengua y habilidades
comunicativas.
7. Crítica
literaria y creación literaria independiente.
8.
Proyectos publicitarios: producción, corrección
y edición de textos; arquitectura de la información.
9.
Medios de comunicación: prensa escrita, radio y
guión de medios audiovisuales.
10.
Industria turística. Redacción de programas y
reseñas sobre sitios y eventos turísticos, investigación histórica y cultural sobre
sus particularidades, traducción al inglés y otras lenguas modernas.